domingo, 26 de junio de 2011

El secreto Torreblanca

Acostumbro ponerle reglas a los juegos. Para mí que escribas mi historia es un juego. Regla número uno. Escribirás las cosas tal cual te las cuente, con mi vocabulario. No quiero tus hiperbolismos, ni tu manera complicada de explicarte el mundo. Mi vida no es poética, no la poetices. Regla número dos. Yo te diré cuando terminar. Regla número tres. Cuando termine, darás a conocer este texto y dirás que todo fue inventado. Regla número cuatro. No te soprenda si el final resulta ser apenas el principio de lo que creías era capáz de hacer.

Qué atenta estás. No cabe duda que te enseñaron a ser obediente. Eso también quiero que aprendas de mi. No debes ser obediente, pero tendrás que serlo una vez más Nadia. Ese nombre me gusta porque se asemeja a nada. Así te llamarás en esta historia ¿Te gusta? Recuerda que quien tiene nada no necesita más. También suena a Nadir. Tu me contaste que un amigo te había puesto ese nombre, ¿no es así? Y ahora que lo pienso me gusta más. Eres lo opuesto a mi. Si yo soy el Cenit del caos, tu eres mi Nadir. Listo. Te he puesto un nombre ¿Te gusta?

-Sigue contando-

Asumo que te gusta. Pues bien. Luego de que terminé con Faustino y me largué a Berkeley, que no a Dallas como leí en su blogsito de aquellos tiempos, me fui a vivir con un gringo llamado Ted. Estudiaba matemáticas. Estaba loco, pero cogía bien. Además me exitaba más su "More bitch" que el "Te amo mi reina chula" de Faustino. Ahora le encuentro algo de ternura. Fau ha sido el hombre más tierno de mi vida, pero lo tierno tarde o temprano me aburre. Necesitaba un contrincante a mi altura. Cuando vi que la ternura de Fau se me estaba contagiando, lo dejé.
Le decía Fau, ¿puedes creerlo? Eso salió un día que se puso hasta la madre y me dijo que me iba a coger como coge un Fauno. Eramos tan ridículos. Yo podía aceptar todo menos que esa ridiculés se volviera permanente. Así que esa Cata se quedó atrás para convertirse en Catapulta. Y si le quitas la "l", ¿notaste?, me convierto en puta. Y eso fui Nadir, fui la puta Torreblanca. Aguarda y ten paciencia, que aún no he dicho nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario